La historia de la “Ñ”
¿Te imaginas que no pudieses llamar a un niño?
¿O no sentir morriña del lugar donde naciste? ¿No celebrar una fiesta de
cumpleaños? ¿Ser incapaz de soñar? O peor aún, ¿no poder hablar
español? Porque todo eso ocurriría si la letra Ñ no existiese en nuestro
alfabeto.
La ñ, letra característica del español, es la
decimoséptima letra del abecedario. El origen de esta consonante tan
particular parece remontarse a la edad media. Aunque no todos los filólogos
están de acuerdo, parece que fue consecuencia natural de un proceso de economía
en el lenguaje. En los monasterios, los amanuenses necesitaban ahorrar letras
para invertir menos esfuerzo y papel en copiar manuscritos; más tarde en las
imprentas también era beneficioso usar menor espacio y tinta, por lo que era
común usar abreviaturas. Nuestra Ñ procede de una abreviatura latina, del uso
doble de la n en palabras como “anno” e “Hispannia”.Y en ocasiones, al escribir
las dos enes, una se montaba sobre otra, de la siguiente forma:
nn = n = ñ
n
Con el paso del tiempo, la n pequeña se redujo a ser
un simple signo ortográfico, una virgulilla, hasta que finalmente nació la
castiza ñ como hoy la conocemos. El sonido palatal nasal quedó ligado a esta
consonante, que ha sido adoptada por algunas lenguas como el aymara, el bubi,
el gallego, el guaraní, el quechua o el tagalo. Otras lenguas románicas, sin
embargo, han mantenido una doble grafía para este sonido: ny en catalán,
húngaro o indonesio entre otros; gn en francés e italiano, o nh en portugués.
A pesar de ser una letra usada en castellano desde el
siglo IX, su uso en las nuevas tecnologías era casi nulo, debido a la
supremacía del inglés. Sin embargo, la polémica originada por el proyecto de la
Comunidad Económica Europea en 1991 de que en España se comercializasen
teclados sin Ñ hizo que se luchase no solo por su conservación, sino también
por el reconocimiento que esta letra merece. En primer lugar la RAE, y
numerosas figuras del ámbito cultural de la talla de García Márquez, se
manifestaron contra esta medida. Hoy día, la Ñ es símbolo único de un idioma
que hablan casi 500 millones de personas, preside el logotipo del Instituto
Cervantes, y poco a poco va adquiriendo reconocimiento en el ámbito virtual.
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