¡Y llegaron las losetas!
Eso sí que fue un suceso,
Porque esa fue la receta,
Con la que llegó el progreso.
¡Adiós a los carretones,
A los charcos y arenales.
Adiós a las pringazones
Y adiós a las Siete Calles!
Nos llegó el agua potable,
El teléfono y la luz,
Y se chiparon los cables
En nuestro patio andaluz.
Y empezó a llegarnos gente,
Collas, gringos y argentinos,
Japoneses y, obviamente,
Llegaron los vallegrandinos.
Nos lotearon el suelo,
Ochavaron las esquinas,
Y después, ¡Jesús del cielo!
Nos llegó la cocaína.
Por las calles se expandieron
Mercaderes ambulantes,
Y sus templos construyeron
Hartas sectas protestantes.
Antaño este pueblo chico
Era pobre, pero honrao,
Ahora hay harto nuevo rico,
Pero también han candao.
Se acabaron los tamales,
Y ya no hay más alfeñiques
Y las casas comerciales
Son shopping o son boutiques.
Coiffeur es el peluquero,
Los panchitos son hot-dogs,
Y en el boliche el copero
Le sirve
whisky on the rocks.
El abanico de antaño
Es un objeto anticuao
Si hoy hay surazo to’el año
Con aire acondicionao.
El guarapo es en botellas,
Con burbujitas adentro,
Y nos tapan las estrellas
Los edificios del centro.
Ya no se roban cortejas
Ni hay amores con clavel
Si pa’quererse en pareja
La gente se va al motel.
Y después, pa’qué le cuento,
Llegó la televisión,
Y a partir de ese momento
Se acabó la conversación.
Es asunto tremebundo
Lo que pasa bajo el sol,
En las fiestas todo el mundo
Baila salsa o rock’n roo.
Pop corn es el pororó,
Ice cream es el picolé,
Y donde dice bristó,
No hay roscas ni cupañés.
Al cambio nadie opone,
Si hasta la moda ha cambiao,
Y ahora los hombres se ponen
Calzoncillos floreaos.
Y por imitar al colla
Y hacerse el civilizao,
El camba se emperifolla
Con saco y encorbatao.
Algunas cosas pasaron,
Que nos dejaron marcados,
Como el día en que lo mataron
A Don Noel Kempff Mercado.
(de la cantata Elay
de Oscar Zambrano)
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